martes, 10 de octubre de 2017

PLOTOBER 2017 - DÍA 10



Prosigamos con Plotober, peña. La premisa de hoy, día 10, es...

TE HAN PILLADO EN EL AEROPUERTO CARGANDO DROGA, PERO TIENES UNA OPORTUNIDAD DE ESCAPAR.


Odio los aviones. Sé que son la hostia. Sé que son importantísimos para la humanidad. Sé que la mayoría de cosas que pido me llegan por avión. Pero también sé que el miedo, el mareo, y todas esas mierdas que me suceden cuando voy en uno de esos bichos no me las quita ni Dios. Ni con cien pastillas de Diazepam. Lo único bueno es cuando el vuelo se acaba. Aleluya. Por fin puedo pisar tierra firme. Gracias, mil millones de gracias. 

Bueno, llegamos a la parte más divertida. Esperar el equipaje. Nótese el sarcasmo. Ñia, ñia. Ahí viene mi maleta. Pequeña, pero fiable. Bueno, vayámonos de aquí cagando le...

Oh, genial. Control policial. En fin, acabemos con esto. Venga, chucho, huele mi maleta. Sí, eso es, huélela y déjame tranqu...

¿Por qué te paras, maldito? Chst, calla, no ladres, calla, mierda, me cago en todo, que vienen, mierda... Bueno, Víctor, tú contrólate, pon cara atenta y ya está.

–Abra la maleta, señor.

De acuerdo, la abro. Total, ¿qué te vas a encontrar de sospechoso? Si solo hay, ¿qué? Ropa, unos libros, mi neceser de aseo, mis gafas yyyyyyy...

Una bolsa llena de droga. Droga. En polvo. Cocaína. No hay nada más que verla. 

Mierda.

¿Cómo ha llegado eso hasta ahí?

Espera, puedo explicarlo. Yo no he adquirido esa droga. Ni de coña. Me la habrá puesto alguien, algún graciosete al que le voy a meter un buen par de hostias como le pille. Ya verá ese cabrito...

Pero, ¿Y si no me creen? ¿Y si me llevan a la cárcel? ¿Y si pasa algo como en las pelis, que me joden la vida hasta el tuétano? Joder, qué nervios, esto parece a estar en el avión, todo el mundo me mira, pero dejad de verme cabrones, qué cojones, dejad de hacer eso, de cuchichear, de...

La puerta de emergencia. A pocos metros. Y está abierta. 

No era el más rápido de mi clase por nada. 

Me giro hacia ella. Antes de que se den cuenta. Muevo las piernas. Como un rayo. Aparto a los policías. El perro intenta agarrarme. Le esquivo con un salto. Todo va a cámara lenta. La puerta está aún abierta, puedo llegar. La gente se asusta, se sorprende, otros gritan. 

Ya casi estoy. Vamos.

Oigo un trueno. Un relámpago me recorre la pierna. Me la destroza. Arde. Parece un mordisco. No es el perro.

No puedo avanzar. Me caigo. Todo va a cámara lenta. El suelo se acerca más y más. Hostión. 

Me duele la pierna como nunca en mi vida. Me sujetan con las porras, gritando que me quede quieto. La pistola en mi cabeza. Yo no puedo más. Vomito. 

Llorando del dolor, les digo que esa droga no es mía.










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