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sábado, 14 de marzo de 2015

GODZILLAMARATÓN VII - GODZILLA CONTRA EL MONSTRUO DEL MAR (1966)

Continuando con el GODZILLAMARATÓN, hoy nos toca comentar la séptima película de la saga, la cual presenta varios rasgos que la hacen diferente a todas las que hemos comentado con anterioridad. Sin duda, el más importante es su decorado: ya no es una gran urbe, o montañas gigantes como en las otras, ahora es una isla tropical. Una isla de la que nadie puede salir vivo. Un destino turístico ideal, ¿no?





La película comienza con un joven japonés, Ryouta, que ha perdido a su hermano cuando este estaba en un barco en alta mar. El está decidido a buscarlo, pero no tiene embarcación alguna. No obstante, dos amigos lo llevan al puerto y le instan a coger "prestado" un velero. Hay un montón, porque falte uno, no pasará nada. Por desgracia, el barco ya tiene dueño, y no le gustan los extraños.




No obstante, se apiada de los muchachos, así que decide dejarlos pasar la noche en el velero. Craso error, pues el protagonista aprovecha la ocasión y toma el control del barco, dispuesto a salvar a su hermano. Los otros tres personajes deciden seguirle la corriente. Y para añadir más meollo a la historia, resulta que el dueño no es otra cosa que un ladrón que ha robado la embarcación y un montón de pasta gansa.

Por desgracia, una tormenta sorprende a nuestros marineros de agua dulce, los cuales naufragan no solo por la tempestad sino también por un enorme monstruo que usa su gigantesca pinza para destrozar el barco en dos. Afortunadamente, sobreviven y llegan arrastrados por la corriente a una isla tropical, pero hay un enorme problema: es la base de operaciones de un despiadado ejército, Red Bamboo, que se dedica a utilizar esclavos traídos de la isla de Mothra para sus trabajos. Ahí, es desvelado el monstruo que controla las aguas de la isla, y que mata a todo aquel que intente entrar a la isla o salir de ella: Ebirah.




Una langosta gigante... En fin, no debería poner esta imagen, pero no puedo resistirme.




El ejército del Red Bamboo lo sabe y por ello usan un líquido amarillo que rocían al mar, a fin de espantar a la criatura y que no les ataque. Una de las prisioneras escapa y se une a nuestros personajes, y además desvela que el hermano de Ryouta está en la isla de Mothra. Dado que son perseguidos, se esconden en una cueva, la cual es un buen lugar si no fuera porque Godzilla está en esa misma cueva echándose una siesta. Así pues, nuestros héroes deciden infiltrarse en la base enemiga para saber qué está tramando el Red Bamboo. ¿Cómo? Pues al más puro estilo Metal Gear.








¿He mencionado que el capitán del ejército es el mismo actor que hizo de doctor Serizawa en la primera película? Incluso lleva un parche en el ojo y todo.




Prosiguiendo con la trama, descubrimos que la base es en realidad una fábrica de bombas nucleares. Nada más realizar ese descubrimiento, nuestros protagonistas son descubiertos y escapan como pueden de los soldados. En la huida, a Ryouta se le engancha la pierna a uno de los globos espía, y llega volando hasta la isla de Mothra, donde está su hermano. Sí, ya sé que es difícil de concebir, pero echad un poco de imaginación, anda.

Otro de nuestros héroes es capturado y llevado a la prisión con los nativos, los cuales son los que están haciendo el líquido amarillo con el que espantan a Ebirah. Se le ocurre una idea para que el Red Bamboo aprenda la lección: cambiar el líquido amarillo por otro que no tenga el mismo efecto. Ya veremos después lo que pasa (pero adelanto que no es algo bueno).

Así pues, ¿qué pueden hacer el resto de los protagonistas? Pues... ¿qué tal despertar a Godzilla para que les patee el trasero a los malos y de paso a Ebirah?




Y Godzilla, gracias a la magia del metal y de los rayos, consigue revivir con la electricidad de estos, comenzando su orgía de destrucción tamaño XXL. La pelea contra Ebirah acaba en empate, pues el rayo atómico de Godzilla es demasiado para ella. Ryouta y su hermano deciden volver a ayudar a sus compañeros, con los que se reúnen. Pero otra vez son perseguidos, y se separan para despistar a los villanos. La chica se topa en su huida con Godzilla. Los soldados se largan de ahí echando hostias, pero el famoso kaiju, en vez de matar a la chica, y aquí no bromeo, se queda contemplando a la chica.







Una escena que me recordó mucho a películas como El Gigante de Hierro:




Y la última de Godzilla:




Volviendo con nuestra película, la escena que estamos comentando ofrece un poco más de profundidad al monstruo, como si supiera distinguir a los buenos de los malos (ejem, ni falta hace que me recordéis todas las muertes de inocentes que provocó en las películas anteriores) lo cual me parece una idea bastante buena.

Pero esta escena dura poco, pues los villanos irrumpen con sus aviones para disparar a Godzilla (¡inútil, vuestro esfuerzo es inútil, mamones!) y los protagonistas aprovechan el momento para rescatar a la chica. Luego, se dirigen a la prisión para sacar a los esclavos, habiendo dado estos el cambiazo del líquido. Pero deben darse prisa, porque en dos horas se autodestruirá la base y la isla desaparecerá del mapa. Cuando los malvados miembros del Red Bamboo escapan de la isla en su buque y usan la sustancia para espantar a Ebirah, no hay efecto alguno, y el kaiju crustáceo destroza su barco. Godzilla se aproxima hacia el crustáceo: es hora de la revancha. La pelea no estuvo tan mal: Ebirah usaba su enorme pinza para darle de hostias a Godzilla y este respondía no solo con pedruscos sino también con (menos mal) su rayo atómico. Pero lo mejor de la lucha fue la maniobra tan BADASS que hizo Godzilla: le arrancó las putas pinzas al pobre Ebirah, y este salió con el rabo entre las piernas. Yo lo hubiera frito con el rayo atómico, pero en fin.

Antes de que la isla se autodestruya, Mothra aparece para llevarse a los esclavos y a nuestros personajes. En cuanto a Godzilla, este salta al mar y evita en último momento la gigantesca explosión de la base enemiga. Y así acaba la película.

Os seré sincero: me esperaba menos de este filme, pero no ha sido tan malo como me temía en un principio. El cambio de escenario la hace bastante interesante, pero lo que más me ha gustado es la escena que he comentado, que le da a Godzilla una gran profundidad, aportándole unas expresiones bastante humanas. Gran acierto, pardiez.






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