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domingo, 22 de enero de 2017

¿PERO QUÉ DIABLOS ACABO DE LEER?


Qué grande, joder.

NOTA DE ACTUALIZACIÓN: Tal y como dije, dejo la carta en este enlace. En concreto, es la tercera. También he añadido una foto del GRAN Constantino Romero, y un vídeo. Disfrutad.

Me gusta la revista XL Semanal. Espero siempre ansioso al domingo para poder comprarla. Sus reportajes son interesantes e incluso a veces me informan de cosas de las que jamás había oído hablar, pero sobre todo, ver qué cartas han escrito los lectores, es lo que sin duda me atrae más de la revista. Algunas coinciden con mi punto de vista, otras muchas no, pero en el número 1526, publicado en el día de hoy, 22 de enero de 2017, hay una que sinceramente, me ha enervado la sangre. Se llama "El doblaje", y, como podéis suponer, versa sobre ese mundo que tanto me apasiona. Pero que parece que al escritor de dicha carta no. Aún no ha salido en la página web del XL Semanal, no obstante, cuando la cuelguen, la pondré aquí para que la leáis.

Bueno, la cosa es que el autor de dicha carta, parece que no se ha documentado bastante bien sobre el doblaje.

Puesto que afirma que (y parafraseo) la industria del doblaje es una representación de la resaca del franquismo.



Ay, señor.

En mi búsqueda sobre el tema, he podido ver que el doblaje en España lleva haciéndose desde la SEGUNDA REPÚBLICA, en concreto desde el año 1932, cuando se introdujo de manera generalizada. Cierto es que Franco promulgó su difusión en 1941 con fines nacionalistas, basándose en la ley de Mussolini sobre la defensa del idioma. Si hubiera sido Franco quien introdujo el doblaje en primera instancia, estaría de acuerdo con la carta, pero es que no fue así, demonios, fue en la SEGUNDA REPÚBLICA, vuelvo a reiterar. Y si no me creéis, mirad en páginas web como esta, que pone fecha al primer doblaje hecho enteramente por actores españoles: 1932. Además, el primer estudio de doblaje que empezó a trabajar en nuestro país fue el de Trilla-La Riva, en 1933 en Barcelona. Eso fue antes de la Guerra Civil. Cuando aún estaba la, oh, ya sé, SEGUNDA REPÚBLICA. Cierto es que hoy en día se modifican algunas líneas del guión, pero eso no es más que para que coincidan los labios del personaje con lo que se dice, sin perder el sentido del diálogo. Que se usase en la dictadura para esos fines no significa que el doblaje sea un testimonio de la misma, porque no fue creado para eso, sino que (y repito por, espero, última vez) comenzó a emplearse en la SEGUNDA REPÚBLICA. 

Otra cosa que dice el lector es que el doblaje fomenta la pereza intelectual. No, señor mío, eso no cuela. ¿Que por qué? Porque en la televisión podemos disfrutar de la versión original de las series y películas con tan sólo pulsar unos botones para cambiar el idioma, y además hay muchos canales en la televisión o internet que ofrecen series y películas en versión original, como Crunchyroll. De igual modo, hay videojuegos como Team Fortress 2 que en versión original son mucho mejores, en mi opinión, que en castellano; críticos en Internet como el AVGN, Angry Joe, o el Crítico de la Nostalgia que son angloparlantes y con los cuales he aprendido a hablar inglés más fluidamente... etc. Y ya para rematar, tenemos que todos los DVDs y Bluray que se pueden adquirir en tiendas incluyen el DOBLAJE ORIGINAL, al que se puede acceder con un solo botón. Eso encima da mucho que pensar, porque si el doblaje castellano fuera todavía "una representación de la resaca del franquismo", no creo que dejar el doblaje original en los DVDs fuera posible, pero, ¡sorpresa!, sí que lo permiten. Así que no, no es que el doblaje fomente la pereza, es que la gente no quiere ver películas subtituladas porque pierde mucha información visual al intentar leer y ver al mismo tiempo lo que sucede en pantalla. Es más, a mí me costó mucho acostumbrarme a ver anime subtitulado, y más si era en un archivo mkv, puesto que los subtítulos tardan en cargarse. Pero por poder, se puede ver cintas en versión original. Sobre todo si se quiere, claro, y, repito de nuevo, no es culpa del doblaje, no, es culpa nuestra, de no querer prescindir de la comodidad que supone esta (por supuesto, maravillosa) profesión, que convive, como puede verse, perfectamente con la versión original. 

Para rematar la faena, el otro día fui a ver Comanchería en inglés con subtítulos en español, y la sala estaba LLENA (lo cual no es posible, si el doblaje castellano fomenta la pereza, ¿verdad?). La película me gustó (qué grande es Jeff Bridges) pero reconozco que me perdí algunas escenas al leer los subtítulos, y que, sinceramente, los actores hablaban sin apenas abrir la boca. Hay otros actores, como Sir Ian McKellen, o Leonard Nimoy, que hablan que te cagas, les entiendes, vocalizan perfectamente. Pero cuando eso no sucede, es de agradecer que existan actores de doblaje, que no sólo tienen que dar su voz, sino también INTERPRETAR, y por eso, suelen ser en ocasiones, mucho mejores que la versión original, y da gusto oírles en boca de nuestros personajes más queridos.

Una labor encomiable y que siempre apreciaré. Larga vida al doblaje.





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