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domingo, 1 de enero de 2023

BLUE PERIOD

 

Iba a poner la portada del primer tomo, pero Maki Kuwana es de lo mejor del manga, así que... Ajo y agua

Hace mucho que no comentaba nada de cómics por aquí, más allá de Transformers y todo eso (qué culpa tendré yo de que sea un tebeo de la hostia y nadie lo lea porque el nombre de Transformers esté relacionado en el subconsciente con los horrores de ese señor...) Pero hey, durante estos meses me he estado leyendo un manga, publicado en España por la editorial Milky Way, y si os soy sincero, si todavía tuviera la mentalidad de un crío, digamos de 12 años o así, empezando con Dragon Ball, One Piece... no le daría ni medio duro a esta obra. Pero he crecido, he vivido ciertas cosas, y cuando me encuentro con un cómic como este, que no solo está bien dibujado, sino que te golpea tan fuerte, al nivel de Nier Automata, pues no tengo más que alegrarme de que en este mundo tengamos cosas así, lejos de los extremismos que suelen sacudir al tebeo, tanto los de un lado como los de otro. Y este manga se titula Blue Period.



Para los que no lleven aquí mucho tiempo, una de mis mayores pasiones, de toda la vida, además de los dinosaurios, los monstruos gigantes y demás, fue el dibujo. Siempre que íbamos toda la familia fuera, necesitaba llevar unas hojas de papel y un lápiz para poder plasmar cuantas gilipolleces deseara. Al final salíamos ganando todos, yo no daba por saco y mis parientes se quedaban tranquilos. Con el tiempo, tras ver que la universidad ya no es lo que era (cough-Reverte-cough) y estudiar algo que sinceramente, ni me llamaba, decidí echarlo todo por la borda y dedicarme al dibujo, recibiendo unas clases en escuelas de por aquí. Y la experiencia fue bastante bien. Tampoco es que fuera todo de color de rosa, porque si bien tuve muchas alegrías, también hubo momentos de caída, de querer echar mi vida al vacío... En fin, subidas y bajadas. Pero aún con todo, y sabiendo que hay gente que lo ha pasado (y lo pasará y está pasando) mucho peor que un quejica como yo, no me arrepiento de nada. Ahora me fijo en los colores del mundo (los atardeceres, chavales, eso es una gozada), artistas y pintores que no me atraían para nada son mi cabecera e inspiración, y cómo no, mis intereses han cambiado. Bueno, no voy a decir ahora que Gurren Lagannn haya dejado de gustarme, eso es un amor que nunca morirá, como muchos otros, pero si antes deseaba que en los cómics hubiera hostias y peleas, ahora deseo que también haya momentos de calma, de diálogo, de introspección... Y oye, si hay hostias de por medio, bien que bien. Pero parafraseando a ese famoso personaje de Internet, busco una calidad de hostias.  


Cough-Megatron como máximo exponente de calidad de hostias en un cómic-cough


Y fue en esa búsqueda de cómics, pululando por la tienda de mi barrio, cuando me topé con Blue Period, un manga de la autora Tsubasa Yamaguchi. Al principio no me llamaba mucho la atención. "¿Otro manga sobre superarse en un campo concreto?". Eso me decía. Pero miré unas cuantas páginas por Internet, leí opiniones, y decidí pillar el primer tomo. 

Ese primer tomo no me duró ni dos días.

Luego compré el dos y tres. Ambos no llegaron a durarme un día.

Y ya entonces, fui uno por uno hasta completar la colección que se ha publicado en España (10 tomos).

Cosa que no me extraña porque este manga no sólo es bueno, es que además te llega al alma y te destroza. Pero en vez de dejarte sumido en la miseria, te ayuda luego a recoger tus pedacitos y a recomponerte. 

En fin, muchos os estaréis preguntando de qué va el susodicho manga este de las narices. Pues la historia se sitúa en el Tokio actual, donde nuestro protagonista, Yatora, es un estudiante curioso cuanto menos. Demasiado juerguista para la ciudad de los listos, demasiado listo para la ciudad de los juerguistas. 


Sí, yo también pensé al verle que era un auténtico gilipo#@


Y como todos a su edad, no tiene ni pajolera idea de qué conio hacer con su vida. Hasta que un día se topa con una obra de una compañera, y lo decide en un instante. Bellas artes en la facultad de Geidai, una de las más jodidas de Japón.

 

Añadir que Tsubasa Yamaguchi, creadora del presente manga, hace unos planos que te cagas
 

Así que nuestro protagonista comienza a prepararse para el examen de ingreso en esa facultad, que aprueba no con poco esfuerzo, y luchar por encontrar su sitio en un mundo tan complicado como el arte. 

Una premisa de la hostia, ¿verdad? Guiño guiño. Sin embargo, la autora también estudió en esa facultad, y sabe no sólo lo bueno que tiene ese cosmos, sino también lo malo, esa cara oculta que ni Dios quiere conocer ni enseñar. Y cuando tiene que mostrarla, lo hace con una sinceridad y crudeza que no me esperaba para nada. Ya lo he dicho arriba, este manga te destroza del todo, sin compasión, pero también te ayuda a seguir para delante. Un ejemplo muy bueno es este, cuando el protagonista encuentra algo que nadie más ha sabido captar en los bocetos de un compañero suyo, bastante introvertido:






Ni que decir tiene que he pasado por esta situación varias veces mientras estudiaba arte... Y Tsubasa supo plasmar esa sensación en unas páginas que pa qué.

 

Pero no sólo en lo que al arte se refiere, sino a la vida, las relaciones, y sobre todo, a entenderse a uno mismo. He leído muchas reseñas por ahí, algunas con la famosa coletilla de "El mundo es una mierda porque no valora el arte más allá del ansia capitalista" y bla bla bla... Y oye, que no lo voy a negar, porque en el manga salen muchas reflexiones sobre el tema tan manido de si las obras valen lo que valen, cómo es que un cuadro puede llegar a costar tanto... Pero si os soy sincero, he de agradecer que Blue Period no trate sólo de ese aspecto (que de hacerlo, habría abandonado su lectura a la mínima de cambio). El mundo del arte es mucho más que esa visión tan cansina, en mi opinión. También es sobre saber más sobre ti, lo bueno y lo malo, comprender a la gente y transmitir un mensaje, crecer como persona (el progreso que las puñeteras IAs y sus creadores parecen aborrecer), relacionarte... Todo eso lo he vivido yo en mi experiencia estudiantil, y la autora también, sincerándose con una obra a la que cada página te sorprende, y piensas "Coño, si esto me pasó a mí", o "Mira, esto mismo hice en tal año"... Ya lo he dicho muchas veces en mi blog, si los personajes te atraen, excelente, pero si además puedes indentificarte con ellos y sus vivencias (y con esto no me refiero a la representación), mucho mejor.


Y en mi caso, el personaje de ficción con quien más me identifico, es esta germana...

A día de hoy, Blue Period se sigue publicando en Japón, y gracias a la editorial Milky Way podemos disfrutar de esta maravilla del noveno arte en nuestro país (aunque mejor no hablo de la versión animada porque destroza cada plano sacado del cómic que es que dan ganas de pegarse un tiro). Mi mayor miedo, al menos al principio, era que se convirtiera en otro One Piece, o sea, un manga interminable, pero qué queréis que os diga, la autora lo lleva tan bien y su mensaje llega al alma, que por esta vez, me permito reservarme un gran hueco en la estantería para cuando por fin se acabe y pueda contemplar así una colección de Dios sabe cuántos tomos.

PD:Y para acabar, qué mejor que poner unos cuantos paneles del manga, que son belleza pura:





Que Maki sea mi personaje favorito no quita que a veces sea una puñetera cabrita... Aún así la sigo queriendo




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