ESA ÚLTIMA MISIÓN...

No soy un gran fanático de Halo Reach, o como yo lo llamo, Call of Halo Reach. Aún mantengo mi opinión, cierto. Pero reconozco que ese juego tenía una cosa que no he visto en muchos otros títulos del género. Algo que destaca sobre todos los demás aspectos de Call of Halo Reach. 

Una vez que acabas la misión en la que tienes que proteger la nave de la UNSC, te quedas en el planeta, mientras este cae en las garras del Covenant. Podría haberse acabado la historia ahí. Poner los créditos, dar por sentado que moriste (o que escapaste) y te pasaste el juego. Bien hecho.

Pero no. 

Tras los créditos, queda la última misión. 

Sobrevivir.

(AVISO: DESTRIPES DEL FINAL DEL JUEGO)

Y ese fue un buen golpe.

Me gusta esa misión, llamada Lobo solitario. Te hace sentir de verdad que estás solo, a punto de morir en un planeta que va a ser cristalizado y que no hay escapatoria posible. Tan solo queda dar lo mejor de nosotros y resistir las oleadas de enemigos que se abalanzan sobre ti, hasta que llegue la hora final. Es verdad que buscando en Internet hay gente que propone muchas maneras para  aguantar más tiempo, pero, la verdad, no lo encuentro necesario.

Porque tal y como he dicho antes, esta misión te hace sentir. La arena se levanta sobre el suelo, impidiendo tu visión, obligándote a moverte y a quedarte expuesto. Mientras avanzas, buscas armas desesperadamente entre cadáveres de otros Spartan como tú ¿Cuántos cuerpos habrá por la zona? ¿Cientos, miles? De pronto, oyes gritos, piensas que los enemigos están cerca, y efectivamente, te han visto, dan la alarma y atacan. Alzamos el arma contra ellos y los vamos derribando, pero por cada disparo que recibimos, el casco se va agrietando, hasta que nos dan el tiro de gracia y salta una cinemática en la que vemos a nuestro personaje luchar por última vez. 

Todos esos factores hacen de Lobo solitario una excelente misión, la mejor que pudo tener Call of Halo Reach y que considero uno de mis momentos favoritos de los videojuegos. Uno que logra transmitir a la perfección la sensación que tiene nuestro personaje: la de ser el último hombre en pie en un planeta que pronto será conquistado.