viernes, 10 de abril de 2015

GODZILLAMARATÓN IX - INVASIÓN EXTRATERRESTRE (1968)



¿Os imagináis a todos los monstruos aparecidos en la saga de Godzilla, así como en el resto de los largometrajes de la empresa Toho (creadora del rey de los monstruos y compañía, por si antes no lo había dicho), juntos en una sola película? Pues bien, aquí tenemos ese tan prometedor filme.

La acción nos sitúa en el año 1999, época en la que la tecnología permite al ser humano viajar a la Luna con total facilidad (éramos bastante optimistas en esa época, ¿no creéis?) En cuanto a los kaiju, estos han sido recluidos en una isla denominada Monster Land, donde viven en total armonía, sin poder salir de ella. La isla es controlada por un grupo de científicos, pero, de pronto, una enorme nube de gas aparece en la isla, dejando inconscientes tanto a los monstruos como a los trabajadores. Se pierde total conexión con la isla, lo cual preocupa a los dirigentes mundiales. De pronto, se reciben noticias de que los kaiju están atacando las grandes urbes mundiales, como Moscú, o París. Es entonces cuando nuestro protagonista, Yamabe, destinado en la Luna, debe volver a la Tierra con su tripulación para investigar Monster Land. Una vez allí, encuentran al doctor y a su ayudante, con un aparato que controla a los monstruos. Y descubren al inventor de la máquina: un miembro de los alienígenas Kilaak.

Ugg... esa sonrisa, esa cara... 
El extraterrestre les dice que su pueblo quiere crear una nueva civilización, destruyendo la actual mediante el control de los monstruos. Nuestros héroes, al ver que tiene controlados mentalmente a todos los trabajadores de la isla, deciden escapar, llevándose a uno de los miembros del equipo científico con ellos. Una vez que logran salir de la isla, deciden interrogar a su capturado, pero este no les da ninguna respuesta, y para colmo, se suicidada, tirándose desde un 10º piso.

Cuando le hacen la necropsia al científico, descubren un aparato en su cuello, y presuponen que es con lo que controlan mentalmente a los trabajadores, y posiblemente a los monstruos. Efectivamente, se van descubriendo extrañas rocas por todo el globo, que esconden en su interior los transmisores con los que los extraterrestres gobiernan a los kaiju. Por desgracia, no saben el origen de las ondas de control.

Tokio es atacada a la vez por Godzilla, Mothra, Rodan, y Manda, un dragón gigantesco (que apareció por primera vez en la película Atragon de 1963)




Como podéis suponer, la defensa militar no es capaz de parar a las bestias (además de que el ejército provoca mucha más destrucción que los propios kaiju) y Tokio es totalmente destruida.

El ataque no fue más que una distracción, a fin de que los Kilaak pudieran crear su base en el monte Fuji. Así pues, los científicos humanos deciden crear un aparato con el que controlar a los monstruos, pero primero Katsuo debe destruir la base de los Kilaak que manda las señales de control, la cual se halla en la Luna. Como no podía ser de otra forma, la misión es un éxito y al fin, los monstruos son manejados por los humanos, los cuales los llevan hasta el monte Fuji para la batalla final. Los Kilaak deciden sacar su arma secreta: King Ghidorah. Se inicia entonces una pelea sin cuartel, en la que vemos escenas tan divertidas como esta:


Y no lo suelta el jodido

Y otras en las que King Ghidorah es violado sin piedad ni vaselina:


Ahora entiendo la frase esa de "Todo el peso de la justicia caerá sobre ti"

Finalmente, el malvado King Ghidorah y los alienígenas son derrotados, los monstruos vuelven a su isla y la paz vuelve a la Tierra.

Seguro que muchos de vosotros habéis pensado en la película de Godzilla vs. Monster Zero al leer el argumento, y la verdad es que ciertamente este filme presenta una historia muy semejante a la de la sexta película de la saga. No obstante, esta presenta a muchos más monstruos, si bien tan sólo vemos a unos pocos en acción, como Godzilla, Mothra, o Rodan, entre otros. Además, el tiempo que aparecen es bastante escaso, comparado con otras películas de la saga, lo cual juega en su contra. Así mismo, la historia, pese a que no tarda en arrancar, es un poco aburrida (ya la hemos visto antes) y encima los personajes no me han resultado muy interesantes. Pasable, mejor que la anterior, pero, aunque tenga a casi todos los monstruos de la Toho reunidos, no resulta ser el espectáculo tan épico que se esperaba.