DIOS BENDIGA EL FORMATO FÍSICO, REDIEZ

 

Amo el formato físico. Aún con el hecho de que ocupa espacio, aún con el hecho de que se te puede fastidiar un dvd o cd con los dichosos rayones, aún con el hecho de que a veces los precios son desorbitados para lo que ofrece una edición sencilla de tal película... Amo el formato físico.

Máxime cuando lees cosas como que las compras de juegos digitales implican que eres dueño de una licencia, no de un juego. 

 

Aunque bueno, también hay personajes que opinan que, como consumidores, deberíamos dejar de sentirnos dueños con videojuegos que compramos, aún si estos son en formato físico... Y vale, es verdad que los juegos físicos, en cierto sentido, son también una licencia pues no estás comprando el juego como tal, solo una copia del mismo, pero joder, que puedes hacer con ella lo que quieras, como dejarlo a un amigo o venderlo a las tiendas. Es más, si no fuera por el mercado de segunda mano, no habría catado muchos títulos como Metroid Prime y otros tantos que no puedes encontrar en las plataformas digitales (bien porque no lo hayan sacado o porque no puedan hacerlo por cuestiones de derechos de autor y demás). Y ya el colmo con los juegos digitales es cuando sufres una caída en los servidores y te deja vendido sin poder disfrutar nada. ¿Sabéis esa canción de U2, Sunday, bloody sunday? Pues para mí sería Tuesday, bloody tuesday, porque todos los puñeteros martes por la noche Steam revisa sus servidores y te deja con el culo al aire cuando juegas a títulos como Team Fortress 2: nada de niveles de casual, nada de poder entrar a partidas, nada de contenido guardado en la nube. Y es algo que me ha pasado varias veces.

 

El socavón

 

Uno quiere evitar ser nostálgico en lo máximo posible, pero servidor recuerda cuando simplemente tenías que enchufar la consola, meter el cartucho y a jugar. La única consola con la que tengo esa sensación aún es la Switch, y Dios sabe si cuando saquen la segunda cambiarán todo para ahorrar costes, e ídem con las películas y la música... Pero qué queréis que os diga, amo el formato físico.