jueves, 23 de junio de 2022

JURASSIC WORLD DOMINION. CRÓNICA DE UN VISIONADO.

 




¿Sabéis? Una de las cosas que más me molestan de una crítica, ya sea de un producto, película... es cuando se toma como algo negativo un aspecto... digamos exterior a dicho producto. El ejemplo que se me ocurre ahora mismo es uno que pude ver cuando era un maldito criajo. Básicamente, mientras leía un manual de Pokémon Rojo Fuego que vendían en quioscos, en el que se hablaba de cada uno de los Pokémon que podías conseguir, con todas sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, cuando hablaban de Charizard, una de las ventajas que le ponían era su dualidad de tipos y los combos con Tóxico y otros ataques, y de desventajas, su doble debilidad al tipo roca. Y así con todos, hasta llegar a Ponyta, cuya desventaja era, y cito textualmente "Que te quemas los pantalones si intentas montar en este Pokémon". Más allá de la gracia del comentario, ¿qué tiene que ver montar en un bicho ficticio con el uso que puedas dar a Ponyta en el combate? Nada, evidentemente. Podrían haber puesto otra desventaja (quizá que alguna de sus estadísticas no sea tan buena como en el resto de Pokémon de tipo fuego, por decir algo). Pero no, decidieron comentar eso, y hala, la gracieta está hecha. Aún siendo un aspecto negativo que nada tiene que ver con el Pokémon. 

Si empiezo con esto, es porque hoy quiero reseñar la última entrega de la saga Jurassic World, pero, como cometiera el libro en su día, mi crítica tiene una falta. Y es que el mayor aspecto negativo de la cinta, es algo que no depende de ella. Mi mayor problema con ella fue la gente que estuvo en el cine viendo esta película. 



Mucho se dice de los chavales de ahora, que si les falta un hervor, que si la educación brilla por su ausencia, y demás. No voy a negar ninguno de esos puntos, es más, los afirmo en su mayoría. Pero una cosa sí voy a decir. Si tuviera que comparar cómo se portaron los críos que estaban en la sala con los adultos, estos perderían por goleada mayúscula. No es sólo que se levantaran cada dos por tres para ir al baño, o vaya usted a saber qué (que si es para orinar, vaya decepción de vejiga urinaria tienen algunos), sino que algunos estaban en la entrada de la sala hablando por el puñetero móvil (uno se sienta atrás del todo para estar lo más tranquilo posible, pero, je, qué cachonda es la diosa fortuna, escuchando que si un pavo debe Dios sabe cuánta pasta, y la lucecita del móvil a toda potencia, diga usted que sí), o haciendo el puñetero ganso. Seré quejica, lo reconozco, pero es curioso. Uno ya se hace a la idea de cómo van a ser las futuras generaciones viendo el comportamiento de los que se supone, son su modelo. Y eh, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra, y yo no soy quien para ello, pero joder, de nuevo, quienes mejor se portaron fueron los críos. Así que, como algunos supondrán, con tal movimiento, uno no estuvo lo suficientemente concentrado con la película, y mi opinión sobre ella está muy, muy, influenciada por estos sucesos. En suma, no ha sido una cinta tan horrible, leches, la anterior es mucho peor y por un cacho, pero es verdad que repite tropos que ya hemos visto y que el hecho de haberla sacado antes en territorios como México y Corea no ha ayudado a mantener su argumento en secreto (comiéndome yo muchas escenas antes del estreno en España), pero en fin, que he visto películas peores. La única diferencia fue la compañía. Incluso en cintas que harían vomitar a una cabra, la gente fue mucho más ejemplar. Y volviendo con los niños, cuando fui a ver la de Los tipos malos, tenía miedo, porque en la sala había un montón de infantes de diversas edades acompañados de sus padres, y claro, me temía lo peor. Pero, ay qué ironía, se portaron muy bien. ¿Es que acaso la cinta fue buena y les mantuvo atentos, no como Jurassic World Dominion? No lo sé a ciencia cierta, juzguen ustedes. Lo que sí es innegable es que hay peña que es para darle de comer aparte. 

PD: Ah, se me olvidaba. Dios salve a Jeff Goldblum, claramente el actor que mejor se lo pasó haciendo su papel (un Ian Malcolm mucho más divertido que en la olvidable El mundo perdido), y que dio los momentos más destacables de la cinta. Mis dieses, mi buen señor. 

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