sábado, 14 de julio de 2018

AY SEÑOR

Otra entrada más, y como la anterior, también breve. 

La cosa es que últimamente, ya sea en algunas conversaciones, por la calle, en clase, oigo una aberración lingüística que me produce no solo pesadillas, sino también daños cardíacos de carácter grave. El pobre es muy sensible con ese tema. No es culpa suya, hay que decirlo. Sobre todo cuando hablamos de esa monstruosidad del lenguaje que es...

MÁS MEJOR, MÁS PEOR, MÁS MAYOR ...

Y similares. 

Quiero decir, ¿tanto cuesta saber que en esos casos no es necesario añadir el más porque estas palabras ya indican que nada les puede superar? ¿Es que nadie ha oído hablar de las redundancias, demonios? Y es que lo peor es que a veces se me escapa de tanto oírlo. Cierto es que por ejemplo con mayor hay ocasiones en las que sí se permite añadir el más, pero cuando estamos haciendo comparaciones, no hace falta. No hace falta, rayos y retruécanos. Ah, y no me vengáis con el argumento ese de que si hablar bien es de la élite y demás, porque no solo es una chorrada sino que además existen Internet, bibliotecas, y otros servicios con los que no cuesta nada informarse un poco. Hacedlo no solo por vosotros, sino también, por mi pobre corazón. Por favor. El pobre ya no está para estos disgustos.

PD: Veo que ahora sí que funciona el Linkwithin, pero solo cuando se hace click en una entrada... Por los clavos de Cristo, estas tecnologías me vuelven cada día más loco.


2 comentarios:

  1. Pero es más mejor que sea más redundante redundantivo, así la gente se asegura de que llegue el mensaje.

    XDD

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