Hoy vamos a hablar de una de las marcas de juguetes más conocidas, y que fueron sin duda alguna mis juguetes favoritos:
LOS BIONICLE, de Lego
HELL YEAH |
Oh sí, estos juguetes eran la leche en verso, lo más increíble que me podían regalar en mi cumpleaños o en reyes. Lo difícil era convencer a mis padres, porque tenía tantos que mi habitación era "District Bionicle". Aunque yo siempre les decía: "Pero si tengo que armarlos, estimulan mi mente, mi imaginación, ¡¡MI RENDIMIENTO ACADÉMICO SE VERÁ INCREMENTADO!!, ¡¿NO QUEREÍS ESO?!".
Por desgracia, los Bionicle dejaron de hacerse hace ya unos 3 años. ¿El motivo? No lo sé, pero fueron rápidamente sustituidos por los Hero Factory, y no, no son lo mismo, aunque amazon diga que sí.
Bionicle tenía su encanto, una historia muy buena y lo mejor era que se podían mover con una ruedecita, haciendo sus movimientos de ataque (uno hasta daba patadas, no como las del tito Chuck, pero darlas las daba). En los modelos posteriores la rueda se fue sustituyendo por armas que lanzaban discos o bolas, luces... pero lo malo es que el número de piezas iba disminuyendo en los botes normales, y si querías pasarte horas armando al bicho, tenías que cogerte las cajas, de 50 euros p´rriba.
Además, los Bionicle podían unirse, bien siguiendo las instrucciones, bien siguiendo tu instinto de arquitecto, dando un pedazo mecha BADASS que te pasas, como este:
MY BODY IS READY |
Con la desaparición de los Bionicle, el mercado de juguetes ha ido decayendo, basta con fijarse en los nuevos productos, como las Monster High esas, o el Famoclick que quiere parecerse a Lego, o los propios Hero Factory (o Bionicle según amazon)... ¡Venga ya! ¡Si hasta incluso los anuncios de Bionicle eran la leche!
Y así es, niños, como se hace buena campaña de un producto, creo que no hace falta que los compare con los spots de los juguetes actuales... saldrían perdiendo.
Lo único malo de estos juguetes era que en las series de 6 personajes, sobre todo las posteriores, dichos personajes eran básicamente iguales y solo se diferenciaban por el color, pero el mero hecho de tener que armarlos lo compensaba.
Conclusión: Estos juguetes forman parte de mi infancia, y quizá la de muchos otros. Si habéis jugado con ellos y aún los guardáis, por favor, prestádselos a vuestro primo, hermano pequeño, sobrino o nieto, que sepa lo que son juguetes de verdad. Les haréis un gran favor.
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