Bueno, pues continuando con el GODZILLAMARATÓN, es turno ahora de analizar la segunda película de Godzilla. Siendo sinceros, si os esperáis una gran profundidad como en la anterior película, lo siento mucho, porque aquí no la vais a encontrar. Bien es cierto que hay alguna que otra muerte que despierta el típico espíritu vengativo del protagonista, y algún romance, pero eso no es lo interesante en el filme en cuestión. Entonces... ¿qué es lo que de verdad importa?
VER A DOS MONSTRUOS PELEÁNDOSE Y DESTROZANDO TODO A SU PASO.
JUST THAT
QUE EMPIECE LA MASACRE |
Y dicha pelea es entre Godzilla
y un nuevo kaiju, Anguirus.
Anguirus es un monstruo muy resistente, semejante a un Ankylosaurus cuyo origen no está del todo aclarado si bien se piensa que puede ser como el de Godzilla. Y en cuanto a este último, en la película suponen que es un nuevo Godzilla, pues el primero murió por el destructor de oxígeno. Servidor no está de acuerdo con esa afirmación (Godzilla tuvo que sobrevivir a eso SÍ o SÍ) pero en fin...
La pelea me ha dejado un buen sabor de boca: no es como en la de la última película, en la que aparecían los monstruos 2 segundos para luego pasar a las personas, y viendo así el destrozo provocado por la lucha. No, aquí se puede ver con todo detalle, y si acaso pasan a los actores es por poco tiempo, volviendo rápidamente al combate. La película, pues, es sólo eso, y no necesita ser nada más: carece de la profundidad del primer filme y de su significado, pero añade mucha más acción que en la anterior si cabe.
En la pelea Anguirus es derrotado (¿alguien dudaba?) y entonces el ejército decide sepultar al vencedor bajo una montaña de hielo en una isla lejana. Podríamos pensar que es el fin de Godzilla, pero tranquilos... Pronto tendremos noticias del rey.
En fin, esto es todo por hoy. Nos veremos en la siguiente entrega del GODZILLAMARATÓN. ¡Os esperamos!
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