Un ejercicio que me suele causar un poco de vergüenza es releer viejas entradas. Y con viejas me refiero a las viejas viejas, las primeras, cuando este blog empezaba a dar sus pasos. Una escritura que imitaba el lenguaje del Internet de la época, llena de anglicismos por aquí y allá, es sin duda la mayor causa de dicha vergüenza. Lo único destacable era la falta de pudor por aquella época, una en la que me veía lanzándome al proceso de redacción, aún si nadie comentaba por aquí. Una de aquellas, en la que comentaba mis diez películas favoritas (once en realidad), puede ser un ejemplo de aquellos tiempos. Lo peor no es tanto que refleje esa etapa inicial, sino que no hice justicia con ella a una cinta que hace poco vi, y me hizo pensar que ya no se hacen películas como las de antes, películas que no temen hacer el ridículo, sino que quieren que te lo pases bien. Un poco como con esa etapa que comento.
Esa cinta no es otra que Jumanji, la del 95, la buena. Una película que, cuando niño, veía día sí y día también con mi hermano, y de la que me gustaría comentar, brevemente, lo que más me gusta de ella.
Sí, han pasado más de 30 días desde la anterior entrada y hoy traigo una enumeración, ¿qué se esperaban vuesas mercedes de este humilde servidor?
1. LOS EFECTOS ESPECIALES
No sé en qué vídeo o página web lo leí, pero recuerdo que muchos críticos comentan cómo los efectos especiales (por ordenador) han evolucionado de una curiosa manera, primando el realismo por encima de todo. Ahora te puedes fijar a simple vista en detalles de las escamas de dinosaurios, pelos de mamíferos, detalles de la cutícula con una nitidez brutal... Y es que ves Jumanji, escenas como la de la estampida, y, de acuerdo, se nota que han envejecido a nivel estético, pero lo que es a nivel de movimiento, de, por decirlo de alguna manera, dar la sensación de que estás viendo algo real, pues superan con creces a muchas superproducciones actuales. Eso es algo que El señor de los anillos cumple satisfactoriamente (y Pacific Rim fue la última que mantuvo esa tendencia). Y hablando de efectos especiales...
2. LA ESCENA DEL PUÑETERO LEÓN
Quizá la cara del animatrónico no sea la más idónea, pero volviendo con el tema de los efectos especiales... Los saltos del león, su aceleración, es perfecta. Y la puesta de la escena, con ese juego de la sombra proyectada, cómo se va desvelando su cara desde la sombra... No da miedo, pero sí notas un escalofrío recorriendo la espalda, de emoción, satisfacción, lo que sea. Sencillamente un momento que se queda en la memoria. Pena que el león quedara reducido a tres escenas posteriores mal contadas.
3. REFLEJO DE LA DECADENCIA ACTUAL
Despoblación, locales que cierran, ciudades que pierden habitantes... en pos de un supuesto progreso. Es algo que parece definir estos tiempos, para nuestra desgracia. Lo curioso es que en Jumanji pasa lo mismo. Cierto, todo sucede a raíz de la caída en desgracia de la fábrica del padre de Alan, pero es ver los escenarios de la ciudad, con tiendas y negocios caídos en el olvido, calles sucias, pintadas, e invasión de enormes centros comerciales, que parece como si esta película de hace casi ya 20 años, hubiese predicho esta situación, una que no sólo se da en nuestro país, sino también en América. Y quien haya visto el estado actual de algunas ciudades californianas (por decir) lo sabe.
4. PERSONAJES
Una de las mayores quejas que tengo con las nuevas entregas americanas de Godzilla es la escasa calidad de los personajes humanos, hasta tal punto de que algunos son meros añadidos para echarse unas risas y ya. Jumanji, aún siendo una cinta de aventuras, posee un gran elenco de personajes. Los hermanos Judy y Peter tienen una química increíble: no son los típicos hermanos que siempre se están chinchando, sino que están juntos superando la pérdida de sus padres (incluso Judy, que al principio parece repudiarlos porque no estuvieron tanto tiempo con ellos). Y qué decir de Alan... ¿Cuántas veces hemos deseado irnos de casa porque nuestros padres no nos entienden, o quieren que seamos algo que no queremos ser? Lo mejor de todo esto no es sólo que Alan, al volver al mundo real, comprenda el error de sus actos, y se arrepienta de lo que quiso decir y no pudo, sino que se redefine la idea de ser hombre. Sí, ahora es una palabra muy cuestionada por todos, pero me gusta el enfoque que le da Jumanji. A veces ser un hombre no es tanto imponerse, o ser un tipo duro, sino, que en los momentos decisivos, aquellos que nos hacen temblar de miedo, no desfallezcamos, nos enfrentemos a lo que tememos, como hace Alan con el cazador. ¿Idea muy manida? Tal vez, pero para una película de un juego caótico que puede traer horrores de la selva a nuestro mundo, me parece un puntazo.
En fin. Películas como Jumanji ya no se hacen, y la última que tuvo ese espíritu fue Pacific Rim. Que no es por despreciar el cine actual, hay buenas cintas por ahí, pero... La mayoría no tienen esa misma chispa de mucho tiempo atrás.
Será que me estoy haciendo viejo.
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