El castillo de las estrellas es uno de los cómics más interesantes que me estoy leyendo ahora mismo. Originalidad por los cuatro costados, un mundo steampunk como Dios manda, con el contexto de las potencias europeas de finales del siglo XIX y un apartado artístico sorprendente, amén de unos personajes a los que se les coge mucho cariño. Sin embargo, como pasara con los Transformers de Wallace, no es oro todo lo que reluce, y esta obra tiene un problema, bastante grande para mi gusto: su publicación.
No es tanto que en España salga cada milenio, lógico si se tiene en cuenta que el autor hace una tarea encomiable y se encarga del guion, dibujo, búsqueda de referencias bibliográficas y no muere en el intento... el problema es cómo lo traen a tierras españolas. Y es que en Francia se publica en tomos pequeños de 24 páginas, como las novelas en el siglo XIX (un guiño a esa época que me gusta bastante, la verdad), que se reúnen posteriormente en compendios. En España, tenemos que esperar un huevo a que saquen el tomo integral de marras. Para que os hagáis una idea, cada tomo integral son cerca de 60 páginas y pico, y el último es la unión de los integrales quinto y sexto de la colección original francesa. Integrales que se publicaron en tierras galas en el año 2020 y 2021, respectivamente. Casi ná.
Y yo que me quejaba de cuánto tardaban en sacar los tomos de esta serie en España... |
Eso, unido a que ha pasado un enorme lapso de tiempo entre tomo y tomo (haciendo caso de Amazon, el cuarto compendio salió hace cuatro años en nuestro país) y que no es, como Blacksad, una recopilación de historias autoconclusivas, sino una historia única, repleta de numerosos personajes y detalles, pues lo más fácil (y lo que me ha pasado) es que no te acuerdes de nada y tengas que leer los tomos anteriores para recordar un poco lo que ha pasado. Sí, hay resúmenes en cada tomo (a Dios gracias), pero omiten algunas cosillas y son eso, resúmenes. Lo cual es una pena porque como dije al principio es un cómic bastante bueno, sobre todo a nivel gráfico: Alex Alice me parece uno de los mejores artistas de cómic actuales, y lo que más me gusta de él es su apuesta por un dibujo mucho más cercano al boceto, sin tanto detalle, dejando que el color hable por sí solo. Sus páginas son un tesoro y además tiene algunas referencias al estilo Ghibli que me encantan.
Por desgracia, no sólo la publicación en nuestro país juega en contra del cómic, sino, ay, la puñetera manía de querer ser una obra eterna. Antes he mentado a Blacksad por sus historias y es que creo que son su mejor baza: puedes fácilmente pillar cualquier tomo y sumergirte en la historia. Sí, seguramente no sepas bien quién es Weekly si lees el cuarto tomo en primer lugar (imagínate que solo tuvieran ese en la tienda, qué sé yo), pero fácilmente podrás enamorarte del universo de Guarnido y Canales, lo cual hará que quieras seguir apostando por el resto de tomos. Aquí no pasa, porque sí o sí tienes que empezar por el primer tomo, de una obra que cuenta cómo Europa se lanza a la conquista del espacio, y en cinco integrales se ha contado cómo han dominado Marte... Y ahora, en el sexto, los protagonistas van a ir a Venus en búsqueda de un objeto de suma importancia... ¿No estáis teniendo un déjà vu?
MIERDA, NO, POR ESE CAMINO NO |
Lo peor que le podría pasar a la obra de Alice es que quisiera ser (como muchas otras han sufrido) el nuevo One Piece, interminable e inabarcable, pues literalmente tenemos a todas las superpotencias pugnándose el Sistema Solar, y ya van tres cuerpos celestes (contando la Luna) de nueve (encima, para echar más sal en la herida, hay una serie del mismo universo que cuenta las expediciones de Venus)... Será una manía mía, pero ya he visto muchas otras series perderse por esa senda sin solución ninguna, y no quisiera que a esta le pasara lo mismo, una de grandísima calidad, aún con sus problemas de publicación por España, los cuales la dañarían mucho si el autor decidiera estirar más de lo debido el chicle.
PD: No tiene nada que ver con esto, pero... que alguien mate a quien tuvo la brillante idea de cambiar, otra vez, la manera de subir imágenes a una entrada de Blogger.
-Eh, ¿qué tal si ponemos esta mierda blanca ocupando TODA la pantalla? | |
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