Robot Salvaje es una de las películas de animación más bellas que jamás he visto. No es para mí la mejor del estudio, ese honor le corresponde a Cómo entrenar a tu dragón, pero entre cómo cuenta su historia (que casi siempre es lo que más me importa), la animación, los colores y los preciosos fondos, amén de los personajes, uno no puede sino rendirse ante esta cinta... Un verdadero canto del cisne, pues este será el último filme que se realizará de manera íntegra en los estudios de Dreamworks, pues los siguientes recurrirán a estudios externos, en una maniobra de deslocalización... Signo de estos tiempos tan convulsos y, en mi modesta opinión, asquerosos.
Vale que muchas de las películas que están saliendo últimamente no son maravillas u obras maestras, ahí tenéis por ejemplo la última de Godzilla de la Warner que sigue con lo mismo y ahonda más en la mitología de la tierra hueca en vez de mostrar más monstruos de la Toho con un CGI lleno de esteroides (por favor, denme mi Destoroyah computerizado, se lo ruego) pero no creo que estas estrategias vayan a ayudar a mejorar las cifras. Quiero decir, que se han tomado muchas decisiones malas que han ahuyentado a los espectadores, y no me parece que la mejor solución para recortar gastos sea la deslocalización, sobre todo teniendo en cuenta que algunos estudios externos no saben captar el "mojo", la esencia de la matriz original. Pero no es eso todo lo malo, no, también hay que añadir los despidos de animadores, la precariedad laboral del sector, y un largo etcétera. Y uno se pregunta por qué se les da la patada a gente que te da una maravilla visual como esta. A diferencia de Transformers One, los avances de Robot Salvaje me dieron buenas vibraciones, y que su director fuera uno de los responsables de mi queridísima Cómo entrenar a tu dragón no hizo más que darme muchas más ganas de verla, aún incluso habiéndome leído el argumento antes (porque ya la película se había estrenado en Estados Unidos). Y tras su visionado no puedo sino decir que las expectativas se han cumplido con creces: junto con Transformers One, ha sido mi película favorita del cine de este año, una que incluso me ha hecho llorar, aún cuando la segunda mitad de la cinta me ha llevado por derroteros diferentes a los que yo habría dirigido la película si estuviera en mis manos... Pero ya he dicho que casi siempre soy más del cómo lo cuentan al qué cuentan. Y Robot Salvaje es un maravilloso ejemplo de ello, una hermosa carta de amor a este medio que es la animación.
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