Hayao Miyazaki será muchas cosas, pero no un director de animación cualquiera. Si bien cuando hice el Ghiblimaratón valoré su trabajo de otra manera (me gustó casi más su aporte como guionista en Susurros del corazón), me di cuenta de su personalidad como artista, su forma tan peculiar de ver el mundo, sus manías... y hasta la forma en la que influyó a otros grandes como Hideaki Anno. Justo mientras escribo estas líneas, la última película de Ghibli con dirección de Miyazaki ha sido estrenada ayer mismo, 14 de julio, en el más absoluto secreto: no ha habido apenas carteles de la cinta, y lo que más me ha sorprendido, ningún avance. Y es de agradecer, porque tanto él como Hideaki Anno, han hecho con la promoción de sus trabajos algo de lo que Hollywood debería tomar nota, y es prescindir de esa manía de lanzar adelantos de filmes que, literalmente, lo destripan todo.
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| El meme, el memeeee |
Recuerdo cuando en 2014 se anunció la nueva cinta de Godzilla hecha por americanos. Estaba bastante ilusionado, puesto que Pacific Rim me había mostrado lo que se podía hacer con los kaijus si se le ponía alma. Además, los avances me dejaron con ganas de saber más, mostrando todas escenas de muerte y caos, así que, fuimos al cine a verla, y...
Ya he comentado en más de una ocasión lo que me pareció esa cinta, una cuyo conflicto humano me pareció un despropósito (sobre todo si tenemos en cuenta la primera entrega de Godzilla, Godzilla GMK, y un largo etcétera), y con la que por desgracia me suelo encontrar a más gente que la defiende desdeñando las siguientes entregas (podremos decir todo lo que queramos de la estupidez de ambas, pero que supieron respetar el legado de Godzilla con gente que sí sabía sobre el monstruo, eso es innegable). Pero volviendo al filme de 2014, lo que de verdad me cabreó es que, como era habitual, los avances nos habían mostrado todo lo mejor que podía ofrecer. Demonios, es que hasta prefiero verlos antes que la propia película, así son de tristes las cosas. Pero hay más casos como ese: desde los adelantos de la nueva saga del planeta de los simios (la primera entrega quedó completamente desvirgada) hasta los de Cómo entrenar a tu dragón, que tuvo dos avances, uno que mostraba lo justo y necesario, y el otro, que directamente enseñaba el enemigo final... Tuve suerte de que sólo viera el primero antes de la propia película, demasiada suerte.
Lo gracioso de todo esto es que Japón en algunos casos lanzan adelantos que o bien muestran demasiado (como en muchas series de anime de estreno, aunque eso se puede justificar con que una serie tiene bastantes capítulos así que se puede jugar con qué mostrar y qué no), o poquísimo, y no hay mejor ejemplo que nuestro amigo Hideaki Anno y su saga de Rebuild:
Y YA ESTÁ. No necesitamos más. Leñes, es que este avance tiene algo muy bueno: me genera más preguntas y hace que me interese más en la puñetera película. ¿Quién es esa cría que aparece triste en la nieve (os juro que no sabía que era Asuka sino una huérfana del casi cuarto impacto)? ¿Qué hace Gendo con las gafas de Cíclope fastidiadas? ¿Misato y Ritsuko en una sala especial? ¿Asuka y Mari con trajes nuevos para otra batalla? ¿Quién es esa persona que mira el horizonte desde una atalaya, será Asuka? ¿El Eva 13 en pose sensual, dándose de leches con el Eva 1? ¿Al final será verdad lo que decía ese vídeo parodia? Y etc, etc.
Con la nueva cinta de Hayao Miyazaki, el estudio ha apostado por algo quizá más drástico, pero que al cariz de cómo lo hace Hollywood, lo veo necesario: fuera avances y adelantos. Deja sólo un cartel y que la gente especule con lo que va a pasar y que recupere la sorpresa. Parece mentira que yo lo diga, pero no voy al cine para ver cómo van a rellenar lo que ofrecen los avances, son los avances los que no tendrían que ir contando toda la película. Y ya es hora de que muchos estudios tomen ejemplo de ello.
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